El Test de Silverman es una herramienta que se utiliza para evaluar la dificultad respiratoria de los recién nacidos, especialmente en los que presentan algún tipo de problema pulmonar, como el síndrome de distrés respiratorio. Se basa en la observación de cinco parámetros relacionados con el trabajo respiratorio: el quejido espiratorio, el movimiento de la parte superior del tórax, la dilatación de las fosas nasales, la retracción de la parte inferior del tórax y la retracción del xifoides. Cada uno de estos parámetros tiene una puntuación asignada según el grado de dificultad respiratoria del recién nacido, que va desde 0 (ausencia de signo clínico) hasta 2 (signo clínico presente). La suma de las puntuaciones de los cinco parámetros da el resultado final del Test de Silverman, que puede variar entre 0 y 10 puntos.
El Test de Silverman se obtiene mediante la inspección visual y auditiva del recién nacido por parte del personal sanitario. Para valorar el quejido espiratorio, se escucha si el recién nacido emite un sonido agudo al final de la espiración. Para valorar el movimiento de la parte superior del tórax, se observa si el recién nacido mueve el tórax y el abdomen de forma sincrónica o asincrónica. Para valorar la dilatación de las fosas nasales, se observa si el recién nacido abre las fosas nasales al inspirar. Para valorar la retracción de la parte inferior del tórax, se observa si el recién nacido presenta hundimiento de las costillas al inspirar. Para valorar la retracción del xifoides, se observa si el recién nacido presenta hundimiento del apéndice xifoides al inspirar.
El Test de Silverman es una herramienta útil para determinar la gravedad de la dificultad respiratoria, el pronóstico del recién nacido y la necesidad de asistencia respiratoria. Se considera que una puntuación menor o igual a 3 indica una dificultad respiratoria leve, una puntuación entre 4 y 6 indica una dificultad respiratoria moderada y una puntuación mayor o igual a 7 indica una dificultad respiratoria grave.
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